El Estado finaliza 340 casas que estaban inconclusas

La realidad de una casa propia y digna para 340 familias de toda la provincia está cada vez más próxima. El Gobierno está cerca de finalizar esa cantidad de viviendas, que habían quedado a medio hacer por los fallidos ex planes Solidaridad, y Progreso y Sueños, de la gestión anterior. El avance de obra de esas unidades dispuestas en San Luis, Villa Mercedes, Justo Daract, Alto Pencoso, Zanjitas, y Villa de Praga, supera el 95% en todos los casos. Además en el Ministerio de Obras Públicas indicaron que faltan detalles menores y las últimas inspecciones. También aseguraron que hay otras 188 casas en ejecución.

En un desayuno que compartió  con la prensa, el ministro de Infraestructura, Felipe Tomasevich, anunció que tienen “más de 500 viviendas en ejecución actualmente, con muchas próximas a inaugurarse. Son todas casas de los fracasados planes Solidaridad, y Progreso y Sueños, que han dejado un tendal de viviendas inacabadas en todos los municipios de la provincia. Venimos trabajando desde el comienzo, y muchas ya se han terminado como las 272 de Merlo, o las 20 de La Toma”.

Sobre las casas que ya están prontas a ser inauguradas, la jefe del Subprograma Ejecución de Obras y Auditoría, Liliana Kall, precisó: “Hay muchas obras que ya superan el 95% de avance. Eso significa que aún faltan detalles de trabajos menores, como retocar una mano de pintura o colocación de artefactos. Además de la verificación, no sólo de los inspectores, sino también de una comisión de recepción provisoria”.

En total son 143 viviendas en el barrio Estrella del Sur, de la ciudad de San Luis; 70 en Villa Mercedes; 114 en Justo Daract (96 del Progreso y Sueños, y 18 del Solidaridad); 5 en Alto Pencoso; 3 en Zanjitas; y 5 en Villa de Praga. Según indicaron en el Ministerio todas fueron iniciadas con panoramas muy distintos, porque todas diferían con sus grados de avance y calidad, por lo que el trabajo fue mucho más minucioso.

Para entender cómo se llegó a esto, hay que ver por qué fracasó el plan. “Estas viviendas se comenzaron en la gestión anterior por el plan Solidaridad que en sus inicios demandaba que los propios adjudicatarios hagan la construcción. El Estado les brindaba las herramientas, materiales, y se supone que asesoramiento y seguimiento de la obra. Pero obviamente la gente no estaba preparada para hacer este tipo de trabajos, entonces después recurrieron a contrataciones manejadas por el Ministerio de Vivienda de ese entonces, para que las empresas terminaran los trabajos. Sin embargo fallaron los controles  y todas quedaron a medio hacer”, explicó Kall.

Tomasevich sumó también que ese no fue el único problema que afrontaron al asumir. “En 2015 nos encontramos con un déficit en la administración provincial de $800 millones, empresas quebradas, y ocho de cada diez obras en ejecución, con demoras. La situación se revirtió, se acomodó, y hoy vemos un panorama macroeconómico distinto”.

Luego agregaron que hubo casos en que la construcción era tan deficiente, que tuvieron que derrumbar lo que se había hecho, para iniciar todo desde cero.

“Fueron obras complejas porque a veces las casas estaban ocupadas por los adjudicatarios por una cuestión de necesidad, sin importar en el estado en que estuvieran. Además, como todas las construcciones eran distintas, tuvimos que hacer un relevamiento casa por casa con los inspectores del programa. Después armamos las licitaciones según el estado de cada unidad. También los grados de calidad diferían mucho, y otro problema que afrontamos fue el vandalismo. Las casas que tenían un buen grado de avance, cuando uno las iba a ver después de un tiempo, encontraba que faltaban ventanas por ejemplo”, afirmó Kall.

Fuente: El Diario de la República

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