La concesión que arrasó con todo
La gestión anterior había delegado el manejo de la planta en un operador privado, que no respetó el contrato. El Gobierno rescindió, armó una Sapem y ahora la opera por si mismo.
La AgroZal, que le costó a la provincia 4 millones de dólares hace siete años, fue estrenada por la concesionaria Compañía Argentina de Granos, una decisión de la gestión que finalizó en 2015 que resultó un desastre, ya que la firma se había comprometido a realizar obras dentro de la planta y nunca cumplió. Cuando Alberto Rodríguez Saá volvió al mando, decidió retirar la concesión y devolverle el manejo a San Luis Logística cuyos funcionarios, al hacerse cargo del predio, descubrieron que había faltas graves a lo que se había estipulado y que nadie controló.
Entre los incumplimientos por parte de la Compañía Argentina de Granos que se pudieron constatar, Riveros contó con cierta indignación que “entre gallos y media noche se concesionó la planta a la Compañia, es decir no se hizo un llamado a licitación. En el contrato la empresa estaba obligada a realizar una serie de inversiones, entre las que figuraba la de hacer una planta de fertilizantes, que finalmente se levantó, pero en una zona incorrecta que obstruye la salida de los túneles de los silos”.
“Cuando llegó Graciela (Corvalán) revisamos los contratos y detectamos que había por los menos siete puntos en los que el concesionario había incumplido. A partir de ahí fue que dejamos sin efecto la explotación por parte de ellos y fuimos nosotros en representación del Estado quienes tomamos el mando. Por mencionar sólo algunos, hubo una obra de agua y otra para forestar todo el predio que nunca se hizo”, detalló quien conoce la AgroZal de punta a punta luego de años de recorrerla a diario.
“La creación del laboratorio para el análisis de los granos estaba con los plazos vencidos, por lo menos un año”, agregó Riveros, quien detalló que “este año se hizo la playa de camiones nueva, una oficina para descentralizar la venta y el control de mercadería. En este punto también existió una falta grave por parte de la empresa privada. Además tomamos la decisión de poner cámaras de seguridad, para nuestra tranquilidad y la de los productores”.
Entre los elementos que necesitaban manutención estaban las básculas en las que se pesan los camiones cargados. “Es la primera balanza para bitrenes del país. Se hizo antes de que empezaran a circular por la provincia, con el proyecto de implementar esa clase de vehículos. Cuando llegamos en 2016 estaban rotas, es decir que el productor no podía saber cuánto maíz entregaba, no había un control. Ahora no solamente funcionan sino que les agregamos visores digitales para que la información sea pública y a la vista”, destacó Riveros.
A cada paso que daban por el establecimiento surgía un problema nuevo en aquellos primeros días del año pasado. “Estaban los semáforos rotos y el automatismo de los silos en las mismas condiciones. El calador que se usa para la toma de muestras para saber en las condiciones en la que se encuentran los granos también tuvo que ser reparado”.
En un paseo por los silos de la AgroZal, la revista El Campo pudo ver la complejidad del trabajo y la manutención permanente que requiere. “Esta es una estructura de riesgo, por lo que la falta de los trabajos preventivos adecuados puede causar grandes y graves problemas. Los silos toman temperatura, que debe ser controlada porque el maíz que se encuentra en el interior fermenta y genera combustión, lo que puede ocasionar un incendio”.
Fuente: EDDLR