Cacace presentó un proyecto de «dolarizar» la economía argentina, y generó todo tipo de reacciones

Fueron diversas las reacciones ante el proyecto que presentó el diputado nacional por San Luis de la Unión Cívica Radical, Alejandro Cacace, para dolarizar la economía argentina. Incluso, de sus mismos partidarios como el caso del gobernador jujeño, referente nacional de la UCR, quien sentenció: “Rechazo terminantemente el payasezco (sic) proyecto presentado por un diputado de Evolución. Hay que ser irresponsable e ingenuo, por no decir otra cosa, para plantear que la dolarización es la salida”.

Las críticas no partieron del oficialismo nacional: quienes cuestionaron en duros términos la propuesta son economistas y políticos que suelen pararse en la vereda opuesta al Frente de Todos.

“Más humo no se consigue” posteó en Twitter el analista financiero Cristian Buteler, que tiene en su cuenta un tuit fijado que dice “Si ud es oficialista, sin importar el partido, no siga esta cuenta, se ahorrará varios disgustos”.

En otro posteo, Buteler añadió: “Este proyecto de ley es tan serio como presentar uno que diga “que a partir de mañana todos somos felices”. Es una vergüenza tener este nivel de diputados”.

Quien se sumó a las críticas, con más dureza, fue el economista Miguel Ángel Boggiano. También en la red social del pajarito, sentenció: “El proyecto de dolarización que presentó Cacace es de un analfabeto económico”.

 

Sobre el proyecto¿Cómo sería el proceso para dolarizar la economía?

Siguiendo al economista Jorge Avila de la Universidad del CEMA, Cacace dice que el proceso podría dividirse en etapas.

  1. Conversión de pasivos del BCRA. Por un lado, Romano (2021), siguiendo a Hanke & Schuler (1999b) señala que consiste en reemplazar la Base Monetaria (M0) por dólares. Por otro lado, Avila (2018; p. 5) plantea que la conversión debe comprender no solo los pasivos monetarios del BCRA (Base Monetaria), sino también los no monetarios, que abarca a las letras y notas en pesos emitidas por el Banco Central. De acuerdo a Avila, el tipo de cambio de conversión sería igual al cociente entre los pasivos mencionados y las reservas internacionales. El economista del CEMA afirma que con una conversión plena de los pasivos monetarios y no monetarios del BCRA, “la tasa de interés de corto plazo en pesos caería al nivel de la tasa de bono americano a tres meses más la tasa esperada de devaluación del peso (…) difícilmente se observaría una corrida cambiaria (y) a su vez, la tasa de inflación iniciaría un camino descendente hasta desaparecer en unos tres años. Entonces, el tipo de cambio de conversión, de tal modo que permita con las reservas en poder del Banco Central hacer frente a estos pasivos sería igual al cociente entre los pasivos mencionados y las reservas internacionales».
  2. Para comenzar con la recuperación económica, además, es necesario un precio fijo del dólar por un futuro indefinido. Para ello, hay que procurar que la dolarización sea muy difícil de revertir, ya que de esa forma desaparecerían las expectativas de devaluación y bajaría la tasa de interés de corto plazo a niveles de la de bono de Estados Unidos a tres meses. Todo esto debería llevarse a cabo en un plazo corto, de seis meses, donde se conviertan los depósitos bancarios y las letras del Banco Central a dólares al tipo de cambio de conversión, ofreciendole al público que entregue el circulante al mismo tipo de cambio. Debería procurarse importar la cantidad de billetes necesarios para hacerlo. 
  3. Solucionar la potencial pérdida de competitividad. Avila (2018; p. 9-10) plantea dos opciones para solucionar una eventual pérdida de competitividad. Una es una mayor apertura comercial, que implica suscribir acuerdos de libre comercio con las potencias, afirmando que así serían más difíciles de ser revocables, generando un clima de previsibilidad y confianza. “En particular, sube el precio del sector exportable y por esta via promueve la reasignacion de capital, trabajo y capacidad empresarial desde el sector protegido hacia el sector desprotegido, mientras genera un ambiente atractivo para la inversion extranjera directa». Sin dudas aumentar las exportaciones, ya sea por vía de precio o cantidad, atraer IED e inversión privada son mecanismos que pueden contribuir para crecer (Romano, 2021; p. 166). La dolarización no resuelve el tamaño del Estado ni el desmesurado gasto público, pero lo condiciona, al cerrar canales de financiamiento a través del Banco Central. Como bien señala Avila (2018), citando a Jacome & Lönnberg (2009) si bien la experiencia en otros países ha mostrado que la dolarizacion genera un sesgo a favor de la disciplina fiscal, en Argentina eso podría no suceder. Sugiere en este sentido achicar el Estado, lo cual si bien puede impactar negativamente en la demanda, puede contrarrestarse con reformas laborales, impositivas e inversión en infraestructura.

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