Casa de San Luis: “Me opongo a su venta”

 

El exgobernador Adolfo Rodríguez Saá manifestó su descuerdo con la venta de la Casa de San Luis que impulsa el actual mandatario, Claudio Poggi. La iniciativa tiene media sanción de la Cámara de Diputados provincial.

 

A través de un audio que difundió entre los dirigentes de Todos Unidos, el partido que creó en 2019, el exsenador nacional recordó que el edificio ubicado en Azcuénaga al 1.000, en el barrio porteño de Recoleta, fue adquirido durante su primera gobernación con el objetivo de atraer inversiones a la provincia.

El edificio fue construido en la década de 1920, a pedido del italiano Carlos Lagomarsino, fundador de la tienda “Sombreros Lagomarsino”. Entre 1960 y 1969 funcionó allí la primera Escuela de Aviación y el servicio de Inteligencia de la Aeronáutica.

 

Luego, en 1973, un banco la acondicionó con oficinas, nuevos sanitarios, ascensor y un auditórium. La entidad quebró en 1982 y el edificio fue subastado. Quedó en manos de una inmobiliaria, hasta que el Gobierno de San Luis la adquirió, en 1984, por la suma de 340 mil dólares.

“En aquellos años, empezamos una profunda transformación en San Luis, impulsada principalmente por la promoción industrial. San Luis estaba última o penúltima en todas las estadísticas de las provincias argentinas. Necesitábamos impulsar las inversiones en San Luis. La Rioja lo hacía con mucha prensa a favor; Catamarca, igual; y San Luis tenía una Casa en Buenos Aires muy precaria, en la calle Bernardo de Irigoyen, una especie de local comercial con cuatro oficinas al fondo, intrascendente”, rememora “El Adolfo” en el audio que publicó en horas del mediodía de este martes.

Para cambiar esa imagen, afirma el expresidente, “empezamos a buscar y encontramos esta joya arquitectónica, que la compramos a un precio muy barato; estaba en perfectas condiciones, era un lujo, y decidimos hacer la inversión”.

Rodríguez Saá, socio electoral de Poggi en los comicios de 2023, señala que la idea principal de esa compra era “atender a los inversores; luego se ampliaron las funciones para la cultura, para el deporte, la promoción turística, la atención social de los puntanos que llegaban con necesidades a Buenos Aires, que eran atendidos con una enorme eficiencia y corazón”.

La antigua Casa de San Luis, de la calle Bernardo de Irigoyen, fue vendida por 180 mil dólares en aquel momento.

“Por una pequeña diferencia, pasamos de un local comercial a un palacio emblemático y lujoso, que permitía deslumbrar al inversor que, con su primera impresión y la buena atención, decidía invertir en San Luis”, cuenta Adolfo.

Y completa: “Sirvió para la prosperidad de San Luis; y debe seguir sirviendo para la prosperidad, el progreso y el bienestar del pueblo de San Luis. Por eso me opongo a la venta”.

 

La postura del exgobernador no es una más: se trata de uno de los principales socios políticos de Poggi, que incluso tiene a dirigentes de su espacio a cargo de dos carteras en el Gobierno provincial (la Secretaría de Actividades Logísticas y el Ministerio de Ciencia e Innovación).

La decisión del Gobierno de comercializar el Palacio apunta a recaudar fondos para refaccionar el Policlínico Regional Juan Domingo Perón de Villa Mercedes.

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