Las inversiones en obra pública del Gobierno provincial generan una inyección de dinero para todos los sectores

Una inversión inicial, además de mejorar la calidad de vida de los puntanos y puntanas, genera un círculo virtuoso que pone a la economía en movimiento. En la siguiente nota te explicamos cómo funciona y cómo provoca un incremento en los consumos.

La obra pública es uno de los motores que mueve la economía y mejora la calidad de vida de los sanluiseños. El Gobierno de San Luis invierte en obras hídricas, viales y para reforzar los sistemas sanitario, educativo y habitacional. Dichas obras, además de bienestar, generan puestos de trabajo, mano de obra local y un movimiento en la economía provincial que se ve reflejado en los consumos.

“El impacto en el consumo está dado por inyecciones de dinero de la parte pública y sectores privados. En la parte pública está la inyección de dinero de lo que se cobró de Nación y, además, las obras públicas que realiza el Gobierno de San Luis que actúan como -lo que se llama en economía- efecto multiplicador del consumo”, explicó Néstor Arellano, director provincial de Estadística y Censos.

En pocas palabras: el efecto multiplicador de la economía significa que una inversión inicial del Gobierno genera una inyección de dinero para todos los sectores. El consumo es el resultado que se crea cuando las primeras líneas reciben esa inversión inicial. Explicado de otra manera: quienes proveen de insumos a la obra pública, es decir, contratistas, ingenieros, ferreterías, entre otros, realizan con estos ingresos sus propios consumos en comercios de San Luis.

A su vez, estos comercios pagan salarios, generan empleo y, al mismo tiempo, consumen porque adquieren insumos. Entonces, todos estos pasos hacen al efecto multiplicador, en el cual el dinero inicial se multiplica, y por ello todos los sectores que intervienen en la economía de San Luis se ven beneficiados.

Esto quiere decir que esa inversión inicial del Gobierno se multiplica por aproximadamente 4 o 5 – dependiendo de la capacidad de ahorro de las familias, y como resultado una política de inversión pública de $1.000 millones en el consumo se transforma en aproximadamente $4.000 o $5.000 millones en transacciones en la economía de la provincia.

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