Más voces en contra de las agresiones sucedidas en la sede del PJ de La Punta. Esta vez Pablo Politi
Pablo Politti, es un dirigente que conoce el derrotero político de La Punta.
Ex Secretario de Rosas Curi, se fue con diferencias, pero es quien más conoce la realidad, su palabra sobre los hechos.
UNA VERGÜENZA!
Ante los hechos de público conocimiento de la tarde del miércoles 28 de setiembre, que han sido difundidos con parcialidad, carentes de verdad y en algunos casos cargados de animosidad personal, corresponde expresarme como militante y dirigente justicialista de la Ciudad de La Punta, como partícipe de la lista Celeste Unidad, aunque esta vez no disputo por ningún cargo local.
Primero debo decir que no me une ningún vínculo personal o laboral con Martín Olivero o Darío Rosas Curi. Simplemente militamos en el mismo partido político. Darío Rosas Curi es el Presidente del Consejo Ejecutivo del Justicialismo en La Punta. Martín Olivero es el intendente de La Punta.
Participé como precandidato a intendente en la última PASO por el justicialismo, en la que Olivero resultó triunfador. A pesar de querer cumplir con el compromiso de acompañar al ganador, me ningunearon, pero insistí para no faltar a mi palabra, y fui fiscal de la misma mesa en que votó Olivero en la elección general.
Son conocidas en el ámbito partidario las diferencias que existen con ambos y que fueron expresadas en mi renuncia al cargo de Secretario General del Consejo Ejecutivo del PJ La Punta. Las diferencias son solo subjetivas, cuando nos debe unir un mismo corazón y una misma bandera peronista.
El día lunes 26/09, en ocasión de la conformación de listas para la renovación de cargos partidarios, tampoco fui invitado por el sector de Rosas Curi o el de Olivero, aunque si por otros dirigentes que si querían contar con mi participación.
En definitiva, creo que queda bien claro que tengo motivos para ser absolutamente imparcial en mi pronunciamiento.
Ayer miércoles 28, la Cra. Zulema Rodríguez Saá convocó a una reunión en la sede justicialista de La Punta para dar a conocer algunos temas referidos a la renovación de cargos partidarios.
En la ocasión fuimos recibidos por la Compañera Rita Prieto, quien manifestó estar al frente de la atención de la sede por encargo de la agrupación que lidera Olivero. Había allí algunas mujeres más de la rama femenina de la misma agrupación.
En un tono de absoluta cordialidad y respeto, se inició una charla entre las personas que había en el lugar: 30 mujeres y no más de 10 hombres.
Darío Rosas Curi hizo un recuento de una reunión que había mantenido con Martín Olivero el último domingo y de los condicionamientos que este último habría puesto para lograr una lista de unidad. Este tema era aparentemente desconocido por muchos de los militantes que se encontraban allí, o por lo menos así lo expresaron.
Luego tomó la palabra Zulema Rodríguez Saá y advirtió que una persona que yo no podía visualizar, estaba grabando la reunión, por lo que le ofreció que lo hiciera más cómodo, sin esconderse. Por otra parte Gloria Velazquez le dijo que no vulnerara los derechos individuales de los participantes de la reunión, al no haber consultado si querían ser grabados.
También Zulema Rodríguez Saá invitó a unas personas que se ocultaban en inmediaciones a la entrada a la sede para que participaran de la reunión.
Zulema, con el espíritu de lograr transparencia en el proceso eleccionario y su previa, comentó que se cambiaban las llaves de la sede partidaria y designaba un responsable de su atención de forma tal de lograr coordinar un uso equitativo de las instalaciones, en razón de que compañeros de ambas listas tenían copias de las llaves existentes.
Ingresaron Luis Gustavo Calderón y María Rosa Arrieta y unos instantes después Fabián Ferrarelli.
A esta altura de la reunión, yo personalmente había recibido muchísimas llamadas telefónicas por temas laborales y, por respeto a los presentes me dirigí a un rincón más alejado a responder uno de los llamados. No llegué a comunicarme y tuve que cortar ante los ruidos repentinos que se generaron producto de una tremenda trifulca en la que claramente pude ver que el golpeado era Darío Rosas Curi y los cobardes golpeadores por la espalda eran unos 6 o 7 individuos desconocidos que le propinaban golpes de puño, patadas y tironeaban de su ropa.
Mi intención fue ir a separarlos cuando pude observar que otros 20 individuos más ingresaban tumultuosamente por la puerta de la sede, profiriendo insultos de todo tipo, muy violentos, muy exacerbados, algunos con un tremendo aliento alcohólico. Entre ellos también se encontraban Gabriel Messina (Secretario General del Municipio), Guillermo Valdebenítez, Carlos Quiroga, Walter Zamora, y también unas pocas mujeres.
Eran casi 30 hombres dispuestos a agredir a un grupo de aproximadamente 40 personas de las cuales 30 eran mujeres.
Mientras intentaba establecer un poco de cordura y prudencia, pretendiendo salir afuera del edificio, una cara asomaba impávida en el medio del tumulto: el intendente de La Punta Martín Olivero. Realmente me asombré y sigo asombrándome como el tipo que conduce los destinos de mi Ciudad permanecía observando como si nada pasara, cuando la integridad física de vecinos y compañeros estaba en juego.
Luego de esto que cuento, todo lo demás que pueda agregar en cuanto a hechos posteriores es intrascendente.
Sí me preocupan y mucho las consultas recibidas de parte de vecinos y compañeros respecto del futuro de la Ciudad, cuando una contienda que es de ideas se traduce en hechos de violencia. Cuando el espacio que le corresponde a la palabra lo ocupan los puños. Cuando nos retrotraemos al neandertal, cuando volvemos a épocas de violencia política.
Si Rosas Curi mintió o dijo la verdad cuando contó sobre su reunión con Olivero, eso lo saben solo ellos. El documento presentado en el Partido Justicialista que propone a Olivero como presidente del Concejo Departamental Pueyrredón va arrojando algo de luz al tema.
Algo sí tengo claro: la forma en que ingresamos a la sede partidaria, la forma en que tuvimos que salir, y de qué lado vino la violencia. Algo más tengo claro: quién está con la Lista Celeste Unidad de Adolfo y Alberto y quien no lo está.
No puedo juzgar al militante humilde, de base, al laburante. A veces la necesidad crea innecesarias lealtades que van y vienen acompañadas de una mensualidad. Los más humildes son el peronismo en su esencia, no hay que abusar de su situación.
Reitero: soy militante justicialista, no me debo ni respondo a Olivero ni a Rosas Curi, y nada me une a ellos más que la militancia.
Para aquellos que se dicen dirigentes políticos, funcionarios, profesionales, y que patrocinan, acompañan, promueven, o simplemente son indiferentes y tibios ante la violencia, mi mayor repudio.
Para los comunicadores sociales, que escuchen todas las campanas. Por lo menos aquellos que no condicionan su pluma.
Una vergüenza!
Pablo Pascual Politi
Fuente: Edición Abierta