Wall Street cuestiona la dolarización de Milei: “El PBI de Ecuador se estancó por veinte años”
El Instituto de Finanzas Internacionales (IFF), think tank y vocero de los 38 bancos más importantes del mundo, divulgó un informe en el que desaconseja una dolarización en Argentina.
En la misma línea que las declaraciones del chileno Rodrigo Valdés, quien recientemente afirmó que la dolarización no es ningún reemplazo de la política fiscal, el IFF sugirió “no escuchar los cantos de sirena” de esa medida como vía para bajar la inflación.
En el informe se compara la dolarización ecuatoriana con las medidas llevadas adelante por otras economías de la región, concluyendo que aunque la dolarización en Ecuador generó una fuerte baja de la inflación, el país sudamericano terminó por exhibir peores indicadores respecto a otras naciones de la región que a mediano plazo también fueron capaces de reducir su nivel de precios ganando a la vez competitividad frente al fortalecimiento internacional del dólar.
Esa pérdida de competitividad generada por la dolarización, señala el informe, “es la razón por la que Ecuador ha ido a la zaga de sus pares en América Latina en términos de crecimiento, con un PIB real per cápita estancado en los últimos 20 años”.
El informe del IFF compara la dolarización ecuatoriana con las medidas llevadas adelante por otras economías de la región, concluyendo que aunque la dolarización en Ecuador generó una fuerte baja de la inflación, el país terminó por exhibir peores indicadores respecto a otras naciones de la región.
“El persistente atractivo de la vinculación al dólar es en cierto modo desconcertante, teniendo en cuenta que estas vinculaciones han terminado en una devaluación explosiva y una profunda recesión en los últimos años”, sostiene el trabajo de IFF, haciendo una referencia explícita a la crisis del 2001.
“La dolarización es, pues, una camisa de fuerza que facilita una rápida desinflación al principio, a costa de un estancamiento del crecimiento a medio plazo”, agrega.
En ese sentido, el documento señala que “puede que (la dolarización) no sea un costo que merezca la pena pagar, dado que la desinflación puede lograrse haciendo que el Banco Central sea totalmente independiente, el camino seguido por gran parte del resto de América Latina”, concluye, en sintonía con otros analistas internacionales.
La Argentina, sostiene el think tank financiero, “ya tiene muy poca flexibilidad cambiaria, lo que ha llevado a una sobrevaluación sustancial y a un tipo de cambio paralelo. Argentina necesita más flexibilidad cambiaria, no menos, que es lo que es la dolarización”.
Wall Street cuestiona la dolarización de Milei: “El PBI de Ecuador se estancó por veinte años”
El documento del IFF parece fortalecer la postura en favor del bimonetarismo que empuja Carlos Melconian como alternativa a la dolarización directa y que en el entorno de Milei ya empezaron a considerar.
Y es que el debate sobre la flexibilidad de los regímenes cambiarios tiene una larga trayectoria. Aún cuando los regímenes de tipo de cambio fijo garantizan a corto plazo un anclaje del tipo de cambio y una estabilización de la paridad cambiaria, los mismos terminan funcionando como una camisa de fuerza de la que se vuelve difícil salir. En el caso argentino, un régimen cambiario de tipo dolarizado, que dentro de la literatura económica s lo conoce como un régimen de tipo “no separate legal tender”, implicaría un régimen aún más fijo que la convertibilidad. Mientras que la convertibilidad implicaba una ajustada emisión monetaria del peso con relación al dólar, una dolarización implicaría el abandono mismo de una política monetaria autónoma.
La historia reciente recuerda, como señala el IFF, que incluso un régimen cambiario fijo extendido en el tiempo puede terminar por estrellarse; siendo la crisis del 2001 la explosión de la inflexibilidad del régimen de convertibilidad.
Como no dudan en recordar quienes se oponen a la dolarización, , la devaluación del real brasileño de 1999 complicó las exportaciones argentinas al país vecino, generando una pérdida de competitividad.
A fin de cuentas, el IFF considera que la dolarización no responde a los problemas de la economía argentina.
Intentando correr el eje, Robin Brooks, analista económico estrella del IFF, afirmó en su cuenta de Twitter que el debate sobre la dolarización corre del centro asuntos más importantes. “El peso se deprecia mientras las políticas monetarias son muy relajadas. Las importaciones se sostienen con déficit comercial. La única manera de resolver esto es ajustar la emisión, lo que significa recesión. ¿Cómo proteger a quienes son vulnerables? Este debería ser el debate.”