Se horrorizan de los trolls y de las campañas sucias, y ellos son el principal artífice de dicha metodología

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La campaña de desprestigio es lo que mejor les sale. Para ello se basan en notas absurdas, en artículos de opinión basados en cuestiones efímeras, carentes de veracidad.

Se asombran cuando mencionan la palabra “trolls” aduciendo que es una estrategia del oficialismo cuando, por pruebas más que redundantes, hay sobrados ejemplos de que es la metodología casi sistemática que utilizan ellos, si, la oposición para cuestiones que beneficien el interés propio.

Se horrorizan, pero sus artículos rozan lo chabacano, casi hasta dejar de ser portales de política para ser portales de chimentos.

Se fanatizan con el candidato que intentan impulsar y el cual aún deambula entre el radicalismo, el PRO, y el cada vez menos aceptado  CAMBIEMOS.

Se jactan de ser la nueva política, y cuando fueron gobierno no hicieron más que impulsar sus acciones de la base de un eje de gobierno y de gestión llevado a cabo por Adolfo y Alberto Rodríguez Saá.

Es cómico ver como propulsan, con dinero vaya a saber de que rigen, decenas de webs que no tienen seguidores, sin embargo alcanzan una gran cantidad de comentarios por los altos costos de publicidad que invierten en redes sociales. Pero algo común en estas webs: no poseen contadores. Ya que no quieren quedar evidenciados en que no son consultadas y solo basan su existencia en la publicidad en redes sociales de sus artículos con cierta intencionalidad de difamación y de descrédito a la gestión de gobierno.

Y hablando de los comentarios, cientos de los mismos provienen de cuentas falsas, de los famosos trolls por los cuales tanto ellos se horrorizan. Basta con ver la proveniencia, o las biografías de dichas cuentas para dar con la tecla de que no existen individuos y solo son perfiles falsos que, al denunciarlos, son automáticamente eliminados.

Tenemos ejemplos sobrados. Pronto los mostraremos!

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