¡Los ricos no lloran!…

Pocas veces como en este tiempo la clase económica más poderosa de la Argentina logró ocupar, también, el poder formal del gobierno. Generalmente siempre estuvo en las sombras, pero esta vez se hizo cargo del gobierno.

Recientemente se dio a conocer la fortuna que ostenta cada uno y los cambios que registró la misma de 2016 a este año. Hay una constante: todos incrementaron fuertemente su patrimonio. Además, la mayoría tiene su riqueza en el exterior. Los mismos que hablan de atraer inversiones, de invertir en el país, de confiar, bla bla, no traen su riqueza sino que la invierten afuera. ¿Se les puede creer?

El más acaudalado es el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Gustavo. El jefe de los espías nacionales que se encuentra investigado por corrupción, es el funcionario que más bienes posee. Es que en su última declaración jurada declaró que cuenta con $126 millones en 2016. Es decir, un 10% más que el año pasado.

En ese sentido, los principales activos de Arribas, ex intermediario de futbolistas, son las sociedades en Brasil por casi $ 52 millones, ya que estuvo radicado en San Pablo antes de ser convocado por Macri para sumarse al Gobierno y mantiene en esa ciudad tres oficinas y dos departamentos por un total de $14 millones.

Además, posee dos cuentas en Suiza, que suman un capital de $42 millones, siendo que estas y sus inmuebles en Brasil están involucrados en las supuestas transferencias realizadas por Leonardo Meirelles, el “coimero” brasileño condenado por el Lava Jato que aseguró haber realizado diez transferencias a una cuenta suiza por U$850.000.

Quien lo sigue es el actual ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, que declaró un patrimonio de casi $ 97 millones (esta es su primera declaración jurada como funcionario público). Asimismo, la mayoría de sus bienes, $ 74 millones, están invertidos en el exterior, según se desprende del documento que presentó en los últimos días ante la Oficina Anticorrupción (OA).  El propio ministro de Economía prefiere invertir fuera del país mientras llama a los inversores a hacerlo aquí. Un monumento a la hipocresía…

Su principal activo son tres depósitos en cuentas bancarias fuera del país que en total superan los $ 54 millones, a las que se les suma la firma Florentine Global, registrada fuera del país, que cotizó en $ 20 millones.

La otra cara de la moneda tiene a Marcos Peña, quien declaró bienes por $600.000 que consisten en un departamento de 77 m2 en la ciudad de Buenos Aires (que no es su vivienda) con valuación fiscal de $200.000, una camioneta VW Surán modelo 2013 que cotizó $ 190.000 y plazos fijos por $ 150.000.

En medio de éstos, Carolina Stanley fue la funcionaria con mayor variación en su patrimonio. Con un incremento del 345% con respecto al año pasado, la ministra cuenta con $ 19 millones en bienes por la compra de un nuevo departamento de 400 m2 en Barrio Parque ($17 millones). Según afirma, esa transacción la pudo realizar gracias a la venta de un departamento por un millón de pesos, “ingresos propios” y, la mayor parte, donaciones. Además,  cuenta con depósitos bancarios en el país por $1.5 millones. Alguien se imagine todo lo que se hubiera escrito sobre ese incremento patrimonial si se llamara Cristina Kirchner….?

Pero no es el único aumento sospechoso en estos funcionarios públicos. La “Señora 8” de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Silvia Majdalani también tuvo un gran incremento, aunque por debajo de Stanley. Es que este año declaró bienes por $ 17 millones, es decir una suba del 200% en comparación con 2016, ya que sinceró las valuaciones de sus inmuebles al cumplir con una nueva reglamentación de la AFIP, una norma que era omitida por la mayoría de los funcionarios del Gabinete.

El ítem más escandaloso es que el año pasado había declarado su casa de veraneo de 600 m2 en Uruguay por $ 200.000, pero este año la funcionaria reconoció que su verdadero valor era de $ 9,5 millones. Para evitar el escándalo, desde el entorno de la funcionaria señalaron que “en 2015 se debían declarar los valores de tasación que figuraba en la escritura de compra, ahora la entidad fiscal exige informar el valor de mercado actual”.

Es más, Majdalani declaró otros tres lotes de 4000, 3000 y 1000 metros cuadrados. El último fue adquirido en su primer año de gestión y aseguró que heredó “joyas y obras de arte” por $1,1 millón. Siendo que además cuenta con un departamento y una casa para alquilar en la Ciudad y declara el 50% una quinta en un club de campo en Pilar.

 

Por su parte, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, registró un incremento del 50% en su patrimonio, ya que contaba $11 millones en 2016, y ahora informó bienes por $17 millones. Al igual que con la dama de la AFI, el funcionario recién lo declaró este año la mitad de un departamento de 300 m2 en la Ciudad que compró en 2006, a lo que le sumó el incremento en su caja de ahorro en dólares que pasó de $ 600.000 a $ 4,1 millones.

Además, invirtió en campos en la provincia de Entre Ríos, con lotes que suman casi 100 hectáreas, tiene acciones en cinco empresas y un crédito de $1 millón con “Economía y Regiones”, la consultora que dejó al asumir como ministro para evitar conflictos de interés, que se suma a un desembolso $ 3,2 millones en un emprendimiento inmobiliario en la calle Arcos.

Por último, la ahora ex canciller Susana Malcorra tiene casi todos sus bienes radicados en el exterior. En 2016 declaró $16,4 millones, de los cuales solo $1 millón está depositado en la Argentina. El resto de su patrimonio está distribuido entre cuentas bancarias y fondos de inversión de Suiza, los Estados Unidos y España, lugares en los que trabajó en el pasado. Algunas de sus inversiones más significativas fueron confiadas a Franklin Templeton Investments y al Merrill Lynch.

En el pelotón de los que cuentan con fondos por encima de los 10 millones de pesos están Luis Caputo (12 millones), también investigado por corrupción, y Sergio Bergman (11 millones). Cerca, con 9 millones de pesos está el recientemente asumido canciller, Jorge Faurie.

Entre los 7 millones de pesos y los 10 millones están: Pablo Clusellas (Secretario de Legal y Técnica), Guillermo Dietrich (Transporte), Germán Garavano (Justicia), Jorge Lemus (Salud), Oscar Aguad (Defensa), José Santos (Turismo), Jorge Triaca (trabajo), Ricardo Buryaile (Agroindustria), Andrés Ibarra (Modernización), Julio Martínez (exministro de Defensa), Fernando De Andreis (Secretario General de la Presidencia), Pablo Avelluto (Cultura), Esteban Bullrich (ex ministro de Educación), Laura Alonso (Oficina Anticorrupción), y Lino Barañao (Ciencia). Con 1,5 millón de pesos están la vicepresidente Gabriela Michetti y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

En la gestión de Macri la pobreza creció 4 puntos y llegó al 32,9%. También subió la desocupación y cerraron miles de comercios e industrias por la apertura de las importaciones. No parecen ser estos los temas que más preocupan al Presidente y sus ministros, ocupados como están en hacer negocios e incrementar su patrimonio. ¿Este era el cambio?

Fuente: La Línea

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