Los odiadores no quieren rendirse
A pesar de la conmoción en la que transitamos, por un hecho inédito y tremendamente lamentable que pudo haber cambiado el rumbo de nuestra Argentina, para mal, retrotrayéndonos al pasado más oscuro de nuestro país.
A pesar de que, como hacía mucho tiempo no sucedía, la Plaza de Mayo volvió a sentir el colmado grito de un pueblo por la paz y en repudio de lo sucedido.
A pesar de ello, los odiadores siguen en pié.
Odiadores vestidos de políticos, odiadores representados por medios de comunicación, odiadores sin sentido, odiadores por doquier.
La llama que los alimenta es, a pesar de lo sucedido, el seguir denostando, minimizando, ridiculizando lo que podría haber sido un magnicidio brutal, filmado en vivo. Y en ese afán, vuelven a cometer errores, como lo vienen haciendo desde que han elegido mentir, tergiversar, fogonear el descontento social, general información falsa, a expensas de sus propios aplaudidores.
Cometen errores porque la mentira sale a la luz, más rápido de lo que pueden ocultarla.
Cometen errores porque vuelven a circular una fakenews intentando instalar que el”sicario” como le llaman era un militante de Cristina, tomando la imagen de alguien parecido. Y toda la operación, ya no tiene el efecto deseado, porque es el mismo indicado en esa foto, quien sale a responder, y esta vez, debidamente asesorado, a denunciar a cada uno de quien lo señala como si el de la foto fuera Fernando Andrés Sabag Montiel.
Cometen errores en su discurso de odio, como el de Amalia Granata, acusando de ser todo “un circo, una pantomima para victimizarla (por CFK) y para que suba en las encuestas”. Y semejante hecho le puede costar su banca, impulsado por sus propios pares, no solo por el repudio que genera, sino porque es indigno semejante declaraciones ante un hecho tan dramático.
Cometen errores porque algunos periodistas se sorprenden en nuestra provincia, que el propio gobernador salga a brindar un mensaje de calma, de unión, de alejarse de la grieta, en un momento tan delicado, y olvidan que esos mismos periodistas desde medios apuntalados por Larreta no dejaron, hasta incluso este preciso instante, de instalar odio, de querer incendiar la provincia, de inventar crisis que no existen, y cuantas mentiras, que, por suerte, tantos otros medios de comunicación, nos encargamos de desmentir, siempre.
La sociedad ha reaccionado, el peronismo salió a la calle, la oposición en su gran mayoría reconoció y repudió el hecho. Algunos, no aparecieron. No tomaron posición. Eso dice mucho de ellos, y sabrá entonces el mismo pueblo, como devolverles la moneda.
Insisten, en odiar. En mentir. Sin embargo parece haber menos espacio para no quedar en evidencia.
Odiadores, la sociedad dice basta. Odiadores, ya no hay lugar.