Emotivo acto donde el gobernador entregó viviendas a 38 familias afectadas por las inundaciones
El gobernador de la Provincia, Alberto Rodríguez Saá, entregó las llaves de sus viviendas a las familias que perdieron su propiedad durante las inundaciones en 2015. Además, comenzaron la demolición de las casas que quedaron inhabitables luego de la catástrofe. “Las primeras viviendas tenían que ser para los inundados y lo hicimos; cumplimos la palabra empeñada”, señaló Rodríguez Saá.
Acompañado por el vicegobernador de la Provincia, Carlos Ponce; el intendente de Luján, Hernán Gatica; legisladores provinciales, concejales y gran parte del gabinete de ministros, el gobernador Rodríguez Saá encabezó el acto que permitió a 38 familias de Luján dejar atrás la tragedia ocurrida y comenzar a habitar sus nuevas casas.
El jefe de Estado comenzó su discurso con un pedido para el intendente: la construcción de una plaza en el lugar “para que todos los niños puedan jugar y recordar este día”.
“Este día es inolvidable, porque todo esto nació de una tragedia que nos provocó mucho dolor. Hubo un olvido con este tema, por eso cuando llegamos al Gobierno en diciembre, recibimos a personas de cada uno de los pueblos para hablar del problema; luego vinimos e hicimos un relevamiento para reconstruir las viviendas”, agregó.
Asimismo, anunció la demolición de las viviendas que quedaron inhabitables luego de las inundaciones “porque no queremos que a otros les pase lo mismo”, explicó. “En ese lugar vamos a hacer un parque, al lado del río, con caminos y sendas; vamos a poner esferas que marquen con rojo hasta donde llegó el agua, para que quede en el tiempo y no le pase a otro”, dijo.
Antes de finalizar, el gobernador Rodríguez Saá felicitó a los funcionarios por la labor realizada y aseguró sentirse “muy feliz y orgulloso por haber solucionado el problema de las inundaciones”.
Una vez entregadas las llaves y la documentación a las 38 familias, los beneficiarios expresaron sus sensaciones tras ingresar a sus nuevas casas. Tal es el caso de Burgo Sosa, jefa de hogar con una hija discapacitada de 40 años y un hijo en edad escolar, quienes luego de la inundación perdieron su casa y vivieron en un espacio prestado por amigos.
A pocas casas de distancia, Adolfo, un niño de 10 años, agradeció a todos por su nueva casa y revivió aquellos días trágicos: “A mi hermanita se la llevó el río y mi papá la pudo salvar. Estamos re contentos porque vamos a vivir todos en la casa nueva”.
A su vez Ramón Avila, un hombre de 50 años que durante el comienzo de la inundación se encontraba durmiendo con su familia y al despertarse, se dio cuenta que el agua pasaba sus rodillas, reconoció estar “muy contento y agradecido”.
La jornada no finalizó con la entrega de viviendas, ya que a kilómetros del lugar donde está emplazado el nuevo barrio, las máquinas viales de la Dirección de Vialidad Provincial comenzaron las tareas de demolición de todas aquellas casas que fueron afectadas por las inundaciones. En el lugar trabajan dos topadoras con el director del organismo a la cabeza, Daniel Bassi.