Unas 200 empresas en la Argentina implementaron programas de “beneficios” para sus empleados con miras a “fortalecer el clima laboral e incrementar la relación entre los trabajadores y la firma empleadora”.
“Más allá de los matices legales que utilicen este es el claro regreso de los tickets canasta al país y la desalarización del trabajador”, explicó Leandro Recalde, letrado del estudio Recalde en diálogo con este medio.
En este sentido, agregó que esta implementación representa “pan para hoy y hambre para mañana”, al mostrarse como un “beneficio” para el trabajador en este momento, que se podría convertir en un serio riesgo mañana: “Cuando te querés dar cuenta estás discutiendo el aumento de los tickets y no salarios“, advirtió.
Otros aseguran que la modalidad de las cuponeras aumenta el sentido de pertenencia, satisfacción, productividad, motivación y también conduce a una mejor calidad de trabajos y clima laboral.

La modalidad replica lo que sucedía con la entrega de los “ticket canasta” en los años ’90, que servían para hacer compras en supermercados y comercios adheridos, e incluso algunos bares y restaurantes, que significaban un valioso complemento de los salarios.
El caso testigo de la nueva tendencia es el de CuponstarHR, una marca de la empresa Bondacom, que emula el sistema de “cuponeras” que ofrecen fuertes descuentos para productos y servicios. La experiencia comenzó hace dos años y medio con un club de descuentos para alumnos de la universidad privada del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (CEMA).
Ahora la propuesta fue implementada por los departamentos de recursos humanos de empresas, “a partir de 50 empleados”, agregó Klahr.
¿Cómo funciona este nuevo ticket canasta?
A través de una tarjeta precargada personalizada con nombre, apellido y CUIL del empleado con un crédito de hasta $100 diarios “o el importe que la empresa determine en el futuro”, para ser utilizada “solamente en el horario de 12 a 15 horas” y con la cual sólo se pueden adquirir productos de almuerzo en locales de rubro gastronómico habilitados en un radio de hasta 5 cuadras de la oficina, siempre que dicho lugar de trabajo haya sido reflejado por el empleado en el sistema”, según explicaron desde la empresa a través de un comunicado difundido a sus empleados a los que El Destape tuvo acceso.
En el mismo anuncio, la empresa asegura que esta “ayuda” al trabajador se ampara en el inciso A del artículo 103 bis de la Ley de Contrato de Trabajo que establece como un beneficio social aquellas acciones “de naturaleza jurídica de seguridad social, no remunerativas, no dinerarias, no acumulables ni sustituibles en dinero, que son brindadas por el empleador al trabajador por sí o por medio de terceros” y que tiene como objetivo “mejorar la calidad de vida del dependiente”.
En el caso del inciso A, debería tratarse de un comedor comunitario donde los empleados pudieran almorzar a un precio razonable o gratuitamente. Sin embargo, desde la empresa decidieron impulsar este enorme negocio entre privados, donde el empleado sale siempre perdiendo: el beneficio es “no acumulable”, por lo que, en el caso que no consuma su dinero diario (que en ningún caso excede los $100) “el mismo caducará, no acumulándose para el día siguiente ni dando derecho a reembolso alguno”, según especificaron en el propio detalle que enviaron desde el área de Recursos Humanos a todos los trabajadores de la mencionada firma.
En el mismo comunicado, se aclara que se trata de un “beneficio no remunerativo”, por lo que “no está sujeto a los descuentos previsionales y de seguridad social”.
Fuente: El Destape Web.